Hace muchos siglos, Papá Dios nos pensaba desde la eternidad, y en un momento sublime, decidió crearnos para Su deleite, para Su Gloria y para nuestra felicidad. ¿Alguien podría dudar que fuimos creados Divinamente Sanos por Él, a Su imagen y semejanza? Poniéndolo así, parece incluso risible pensar que no haya sido de esta forma. Entonces, ¿qué pasó? ¿Por qué tantas enfermedades? ¿Por qué no ser sanos?
Este es el primer acercamiento a Divinamente Sano, un regalo precioso que Dios ha puesto en mi corazón, y ahora quiero esparcirlo por el mundo para que de una forma sencilla, práctica y rápida, aprendamos a vivir como fuimos creados. Así seremos más vitales, más productivos, más Divinamente Sanos. Gozarás de tu cuerpo, de tu mente y de tus emociones al unirte conmigo en este sendero que nos conducirá a un buen estilo de vida, lleno de agradecimiento hacia el Señor. Y es que las gracias a nuestro Padre se quedan cortas frente a las maravillas del cuerpo humano, de nuestro cuerpo. Por eso es que debemos ir más allá, cuidándolo y amándolo. Somos parte de la creación de Él; por eso, debemos vivir conforme a lo que Él nos dicta y alimentarnos de lo que nos proveyó en Su obra perfecta.
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